El avance del narcotráfico sigue a paso firme en el NOA. Tucumán puede sufrir las consecuencias con el crecimiento del traslado de estupefacientes en las rutas regionales. A la cocaína, la droga que históricamente ingresaba del norte, ahora se le debe sumar la marihuana que estaría siendo producida a gran escala en Bolivia o en la zona de frontera.

El incremento de la actividad narco se puede encontrar en las estadísticas de los secuestros de sustancias. El año pasado, sólo Gendarmería Nacional decomisó 4.900 kilos de drogas. En lo que va del año, ya se incautaron más de 9.000 kilos, es decir, se duplicó la cantidad. No pasó lo mismo con la cantidad de procedimientos, ya que en 2023 fueron 169 y actualmente son 170.

Pero más allá del notorio incremento, hay otros datos estadísticos que deberían preocupar a las autoridades. Más del 75% de la droga secuestrada tenía como origen nuestro país, no Bolivia, como históricamente fue. Es un indicio de que al menos en Argentina es una especie de gran centro de acopio de estupefacientes. Pero tampoco sería descabellado pensar que ya funcionen laboratorios de producción en las provincias más cercanas a la frontera.

El avance del narcotráfico genera otro tipo de delitos. Es lo que mundialmente se conoce como narcocriminalidad, es decir, los homicidios, robos, secuestros y la compra de voluntades a un funcionario del Estado vinculados a la comercialización de drogas. Esa es la principal razón por la que se debe buscar una solución al creciente flagelo.

Resulta acertada la decisión que tomó el Gobierno de hacer frente a este problema. Lo hizo fortaleciendo el Operativo Lapacho e invitando a las otras provincias a crear un bloque regional para frenar el avance de los narcos.

Pero también sería importante que la Nación se sume a esta iniciativa, puesto que son las fuerzas federales las que deberían hacer frente al tráfico de drogas en grandes cantidades.

En su última visita a la provincia, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich había anunciado el lanzamiento de un plan para la localidad salteña de Orán, uno de los principales centros de comercialización de cocaína y marihuana. Pero hasta ahora todo quedó en meras palabras.

El NOA necesita de todos para hacerle frente a los narcos. Recursos humanos y tecnológicos para poder intentar frenar el ingreso de drogas. Pero también debe realizar un diagnóstico sobre cuáles son los frentes de batalla que debe presentar para evitar, por ejemplo, que la ruta a los valles, no se siga consolidando para transportar estupefacientes.